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A siete años de la implementación de un nuevo sistema de justicia penal, tenemos un código único de derecho procesal penal en nuestro país. Antes de la puesta en marcha del Código Nacional de Procedimientos Penales, el sistema procesal penal de México, como sabemos, era de corte inquisitivo. No era raro que tiempo atrás en las procuradurías generales de justicia de las entidades federativas, hoy fiscalías, el ministerio público, con tal de justificar en muchas ocasiones su trabajo, detuviera a la persona que le pareciera sospechosa, mientras que a la defensa le correspondía comprobar el dicho del imputado. A veces se terminaba por sobreseer la causa o, bien, dictar un acta ministerial de archivo temporal y esperar la recopilación de más aportes de prueba para poder proseguir la acción penal. Hoy, en México se han ido erradicando lenta y paulatinamente aquellas prácticas que en el pasado era común efectuarlas. En la presente obra el lector encontrará fundamentos procesales conforme a nuestro nuevo sistema de justicia penal que el autor estudia desde la vertiente no sólo teórica sino también práctica, puesto que contiene el análisis de las normas procesales vigentes conforme a nuestro Código Nacional de Procedimientos Penales y a nuestra norma suprema, la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, así como de instrumentos internacionales aplicables a la materia o tema que se aborda en el texto. El libro está dirigido al gremio de la abogacía que desde sus diferentes trincheras ejercen esta noble profesión, desde los que empiezan al estudio del sistema, es decir, estudiantes, hasta los que la practicamos en fiscalías, juzgados, tribunales, etcétera, así como a todo servidor público que labora en las diversas áreas de trabajo y tienen a bien dignificar la aplicación de justicia con la aplicación de los tópicos que hoy nos ofrece nuestro nuevo sistema procesal penal. Por último, el autor no deja de hacer un llamado para que la eficacia de nuestro sistema sea integral para que tanto en la audiencia como en la confección de los libelos de las causas penales puestas en conocimiento de los diversos funcionarios judiciales, se tenga presente su desahogo y su elaboración respectivamente conforme a los paradigmas pregonados por las actuales normas procesales tanto de derecho nacional como internacional y, de esta manera, se encaminen a una verdadera justicia pronta, expedita e imparcial, encauzada hacia el respeto y la promoción de los derechos humanos reconocidos por el Estado mexicano.
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